¿¿Emprender?? NOOO yo no puedo hacer eso, no tengo valor, yo sola no puedo… Esas eran mis palabras hace poco más de un año. Emprender no es un camino fácil, pero sí muy satisfactorio, en el que bastan 5 simples razones para comprender que puede ser tu camino.

Ahora mi vida es totalmente distinta, ahora +QueGusto casi va a cumplir un año. Ahora si puedo hacer eso, ahora si tengo valor, ahora sí puedo yo sola. Atrás queda esa época en la que mi jornada laboral tenía un horario marcado, en la que me decían cómo y cuándo hacer las cosas. A lo largo de este texto, te contamos cuáles han sido las razones que nos han llevado a tirarnos a la piscina y emprender.

1. Trabajar por cuenta propia = Trabajar con condiciones propias

Trabajar para otro tiene sus ventajas, por supuesto, solo tienes que preocuparte por hacer bien tu trabajo y cumplir con tus obligaciones. Trabajar para ti es duro, es muy duro, para que nos vamos a engañar, pero tus satisfacciones, tus logros, tus errores, tus proyectos, tus clientes… son tuyos.

Sentar las bases de tu proyecto significa sentar las bases de tu nueva vida, con sus prioridades, ventajas y limitaciones. Tú eres quien decide en cada momento cómo afrontar un proyecto, si le dejas ocupar un poquito más de tu vida privada o no. Tú decides cómo, cuándo y por qué, porque tu sabes qué requiere tu negocio  en cada momento.

Trabajar por cuenta propia me ha permitido disfrutar de los míos sin justificantes y sin recuperar horas (yo gestiono mis horarios). Yo soy mi proyecto, yo soy +QueGusto.

2. Emprender significa aprender

Alguien nos explicó una vez que ser emprendedor supone cambiar de sombrero constantemente. La mayor parte del tiempo tienes el sombrero que define tu profesión, pero tienes que cambiarlo a menudo: te pones el sombrero de contable, el de comercial, el de atención al cliente… muchas veces hasta no sabes exactamente que sombrero te tienes que poner de la cantidad de cosas que tienes que hacer.

Pero emprender significa empezar una gran aventura, una aventura laboral que te llenará de orgullo y de la que no podrás parar de hablar. No podrás sacártela de la cabeza, ya que siempre estarás buscando cosas nuevas que aportar a tu negocio.

No te conformes con dormir. Sueña

3. Existe un botón de ayuda

Cuando empiezas a dar pasitos para crear tu propia empresa debes dejarte guiar, debes dejar que te enseñen a ser empresario. En nuestro caso contamos con el apoyo de Gijón Impulsa, donde nos asesoraron acerca de la forma legal de la empresa, de las ayudas y subvenciones a las que nos podíamos acoger y de otros tantos temas.

El mundo del emprendedor requiere mucho papeleo, si tienes dudas: pregunta. Te recomendamos que leas mucho, porque aunque contrates un buen asesor, como hemos dicho anteriormente debes saber un poco de todo y te vendrá bien.

Tendrás dudas al actuar (¿estoy haciendo lo correcto?, ¿Se me olvida realizar algún trámite?…), emprender es un deporte de riesgo. En cada paso que pretendas dar es bueno tener a quién acudir para aclarar dichas dudas, para que te asesoren, para buscar opinión, tomar decisiones… Y en nuestro caso, empezar en un centro de empresas, con la ayuda y atención que ello implica, ha sido una experiencia inmejorable.

Frase El principito

4. Tus clientes son la huella de tu negocio

Sin apenas darte cuenta tu negocio empieza a andar, y aparecen tus primeros clientes, a los que debes cuidar con esmero, esos que hablarán bien de tu empresa si los mimas, esos que quizás, al cabo de un tiempo, harán que tu empresa empiece a crecer.

La opinión de tus clientes son las huellas que va dejando tu negocio, esas huellas que seguirán muchos otros si las dejas bien marcadas. Debes conseguir que no se olviden de que tu empresa fue la que les hizo un gran trabajo.

Esa huella es la que te hace crecer como persona, la que te enorgullece y la que te hace intentar superarte cada día. Es la que da vida al proyecto que has plantado, y no hay mayor satisfacción.

5. Descubrirás que no se te da tan mal

Te sorprenderás a ti mismo cuando veas que eso que decías (yo solo no puedo, no tengo valor) poco a poco va desapareciendo de tu cabeza, y cosas que antes te parecían impensables como dar charlas, facturar, hacer de comercial… empiezan a salir solas como por arte de magia, y hasta te das cuenta que… ¡no se te da mal del todo!

De repente te has echado pa´lante, ya no te para eso de que “yo esto no lo he hecho nunca“, ya haces lo que haga falta: te has convertido en emprendedor. Gestionas tu tiempo, tus recursos y tus proyectos cada día mejor, y aunque el esfuerzo es mucho mayor, ya le has cogido el gusto.

En esa etapa estamos nosotras, después de un año ya nos los creemos: somos emprendedoras, somos “aprendedoras”.

Si me preguntan: ¿lo volverías a hacer? la respuesta es ¡¡¡Si!!! ¡¡¡Sin dudarlo!!!

Si además tienes la suerte de contar con tu media mitad laboral como yo, que te acompañe en esta gran aventura de emprender, que le de aún más valor a tu trabajo del que le puedas dar tu mismo, que te apoye y que te empuje en los momentos duros (que los habrá) y con el que formes el tándem perfecto, pues mejor aún.

¿¿Emprender??

¡SI! ¡Por supuesto que puedo! Aprenderé lo que haga falta para lograrlo. Soy valiente y lo haré. Dicen que entre las cosas que debes hacer en tu vida están tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro, yo añadiría emprender. Descubrirás que eres más valiente de lo que pensabas y que si te lo propones, te organizas y trabajas con seriedad puedes conseguirlo, puedes ser EMPRENDEDOR.

¡Gracias por leernos!
Sara

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